6 dic 2011

Urbanismo: Riesgos y vulnerabilidad urbana

La tragedia como una oportunidad de desarrollo

Foto: lamalapalabra.tk

Convertir la tragedia en una oportunidad de desarrollo es lo estratégico, cuando suceden desastres naturales de gran magnitud que afectan a comunidades o barrios íntegros, donde el proceso de reconstrucción debe ser una tarea conjunta y organizada entre las instituciones del Estado y los afectados, afirma el experto internacional e investigador colombiano, Jahir Rodríguez.

Basado en la sistematización de su experiencia como director de Planificación y Coordinación de la Reconstrucción de Armenia –ahora llamada ciudad Milagro por su rápida recuperación tras el terremoto de 1999–, además de ser coordinador de la reconstrucción del Eje Cafetero de Colombia y de su participación el 2010 en el proceso de Reconstrucción de Talca en Chile a nombre del gobierno colombiano, Rodríguez dijo que la respuesta a los desastres naturales no sólo que debe ser rápida sino en paralelo.

“Esos son procesos muy largos; pero uno tiene que pensar en cuál es el modelo de desarrollo que quiere implementar. El convertir la tragedia en una oportunidad de desarrollo es lo estratégico. Usted sigue construyendo casas, dotando de equipamiento y de pronto alcanza para la iglesia y hasta la escuela, pero la comunidad, ¿de qué va vivirá?” señaló en entrevista con el Periódico Digital del PIEB.

El investigador planteó repensar nuevos modelos económicos y sociales que se adapten a las condiciones post desastre. Citó como ejemplo que cuando se hizo cargo de la reconstrucción de viviendas para 1.050 familias en el barrio Simón Bolívar, en su natal Colombia, se realizó paralelamente una encuesta para saber el oficio de las personas que iban a habitar la zona.  “Se encontró que una gran mayoría tenía conocimientos en metalmecánica, carpintería, zapatería, carpintería, panadería, etcétera, y decidimos capacitarlos por actividades a través de una institución sin decirles para qué era, luego se les dijo que ellos se harían cargo de hacer las 400 mil puertas para sus barrios y para otros barrios, los que sabían hacer bloque de cemento se lo contrató para eso y de esa manera generamos empleo sostenible para el futuro”. Después de más de 10 años de esa tragedia, hoy en día, esos trabajadores convertidos en empresarios mantienen sus negocios.

Es así que definió a la reconstrucción como un proceso colectivo y no individual, donde se debe generar procesos de organización y movilización social de los afectados, elaborar estrategias de comunicación que garanticen la información oportuna y clara a los damnificados y, desde el Estado, se deben encarar políticas de vivienda diferentes a las vigentes en el desastre.

También recomendó diseñar una agenda propia de reconstrucción que no sea privativa de una institución, además de generar institucionalidad en torno al manejo de los recursos de la cooperación internacional, nacional y local destinados a los afectados. Implementar un control social efectivo, dijo, que garantice que personas que no tienen nada que ver con el desastre no se aprovecharán de la situación. Pero sobre todo, generar una cultura de prevención del desastre y reacción inmediata desde las escuelas.

Fuente: pieb.bo

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